¿Voto, luego existo? II Parte. Jornadas de reflexión (21/05/2011)

En una democracia las elecciones son el proceso en el que los ciudadanos designan a unos candidatos –previamente seleccionados dentro de los partidos- para unos determinados puestos. Es decir, a través del proceso electoral los votos se traducen en representación/legitimidad y, en último término, gobierno. Esta designación –y todo el proceso- está sujeto a una normativa precisa(i) que delimita toda una serie de elementos fundamentales, a saber: tipo de sufragio, censo electoral, convocatoria; delimitación de las circunscripciones; composición de las candidaturas; aspectos de la campaña electoral; sistema electoral(ii) , garantías del proceso, etc.

No se trata aquí de analizar cada uno de estos elementos y cómo interrelacionan los diferentes subsistemas -según hablemos de elecciones al Senado, al Congreso, Autonómicas o municipales- sino llamar la atención sobre un rasgo que subyace a los elementos configuradores del proceso electoral: no son neutrales, es decir, tienen efectos políticos, a destacar, la supra o infrarepresentatividad del voto y la tendencia a un pluralismo limitado -incluso bipartidismo-. Por esto la necesidad de cambiar el sistema en pro de una democracia real, menos representativa y más participativa.

Sin embargo, a día de hoy, las reglas que definen el juego democrático son las que son y los ciudadanos y ciudadanas nos encontramos ante cuatro opciones posibles: 1) Votar a un Partido Político (según dónde estemos tenemos unas u otras posibilidades); 2) Votar en blanco; 3) Votar Nulo o 4) No votar. Cualquier opción es posible y legítima, aunque como decía anteriormente, no tienen la misma resulta. De esta forma, cada partido pide el voto para sí y sus programas; y, en la Plaza: Democracia Real Ya –como organización- pide el voto informado a partidos que no sean los dos mayoritarios; otros piden que nos abstengamos; otros que votemos en blanco.... Afortunadamente, y a pesar de las reglas del juego, el voto es libre y debería ser también responsable.


Yo, personalmente, desde mi reflexión –grosso modo, y por si le sirviera a alguien-, me planteo las mismas dos opciones desde hace años, a saber: votar en blanco (¡no se suma a la mayoría! pero tiene efectos a la hora de repartir escaños puesto que se toma en consideración para establecer la barrera legal, lo que perjudica a partidos pequeños pues les es más difícil llegar al límite; no se representa (la forma de hacerlo sería dejar los escaños vacíos – ojo no por absentismo laboral-); es fácilmente interpretable como voto “indignado”...) o votar nulo (no cuenta para establecer el límite dando más posibilidades a partidos pequeños pero da lugar a interpretaciones más simplistas de su significado, ya que puede haber sido nulo de forma involuntaria y no hay manera de diferenciarlo...) En fin... Voten lo que quieran. Es difícil ser libre. Pero por esta dificultad –y la responsabilidad que conlleva- más allá del domingo, debemos seguir al Sol.


(i)Constitución Española; LO 5/1985 de 19 de junio de Régimen Electoral General, y modificaciones; Estatutos de Autonomía así como Regímenes electorales autonómicos.
(ii)Procedimiento específico para transformar votos en escaños (representación). En nuestro país el sistema electoral es proporcional – utiliza la fórmula D´Hondt con diferentes barreras legales- para el Congreso (barrera del 3%); los parlamentos autonómicos (3 o 5%) y los municipios (5%) de más de 250 habitantes y, sistema mayoritario para el Senado y municipios de menos de 250 hab.

¿Voto, luego existo? Reflexiones sobre el "mayo español"

Estos días en varias ciudades del país –y tomando como referencia Sol, en Madrid- un número importante de ciudadanos y ciudadanas de origen heterogéneo se manifiestan y/o acampan por una democracia real a grito de: Que no, que no, que no nos representan; Lo llaman democracia y no lo es; Poco pan para tanto chorizo; etc. Se dice, según la fuente y si lo que se pretende es legitimar o desautorizar estas protestas, que son indignados e indignadas con la situación actual de desempleo y crisis, izquierdistas radicales y/o antisistemas, incluso que están dirigidos por Rubalcaba desde la sombra....

Son, en último término, ciudadanos y ciudadanas que ejercen sus derechos constitucionales de forma pacífica[i] pero no se puede definir y enjaular en categorías o conceptos porque como movimiento social está colectivamente describiéndose en este momento, en cada asamblea, en cada apropiación del espacio....

Sí podemos hacer, a estas alturas, una breve aproximación a los argumentos comunes -por compartidos, no por vulgares- que subyacen, a mi juicio, tras los y las participantes, estén o no organizados, con o sin adscripción política:
a) El ejercicio de la ciudadanía queda limitado, en la práctica, a ejercer –o no- el derecho a voto cada x tiempo. Luego la democracia en este contexto queda limitada a una falacia lógica que presenta como verdadero/real algo que no lo es.

b) La –supuesta- función social de intermediación y representación de intereses que implica-teóricamente- la acción de los partidos políticos ha quedado reducida a representar intereses particulares: bien de la banca (bancocracia); de los más ricos y/o poderosos (timocracia o plutocracia); bien de ellos mismos (caciquismo, dedocracia, corrupción....).

c) Se necesita un cambio y para ello hemos de dirigir la reflexión y el análisis, las teorías y los discursos, así como las prácticas, los métodos y la acción, tanto colectiva como individualmente, hacia una democracia real.

De esta forma, la protesta es, a mi modo de entender, apartidista pero no apolítica, es decir, no está sujeta a rígidas y –pretendidamente- inmutables estructuras de pensamiento y acción (sea un partido político, una ideología, el Estado, sindicatos, etc.) pero quiere influir/modificar/cambiar la estructura/distribución del poder existente. Para ello, ya ha dado un primer paso[ii]: se ha manifestado y se está organizando de forma horizontal, asamblearia, para definir propuestas concretas, la “hoja de ruta”, el cómo articular la indignación. Animando, además, a la participación del resto de la ciudadanía.




[i] Aunque hubo quienes no lo hicieron de esta forma, en ningún caso ilustran el sentimiento de la mayoría participante que rechaza la violencia.

[ii] También han dado un paso aquellos que se sienten amenazados, piden su voto o les tachan de radicales, ¡Cuidadito que estamos en elecciones! Advierte la junta electoral...